SAN PEDRO DE MELIDE
Melide es la capital de la comarca Terra de Melide, integrada por los concellos de Melide, Santiso, Toques y Sobrado. Es una de las villas del camiño, monumentalmente hablando, más interesantes en su recorrido gallego.
La actual capilla de San Roque, situada en el cantón de San Roque, se construyó en 1949 con materiales procedentes de las demolidas iglesias medievales de San Pedro y San Roque. La portada principal, una de las más hermosas del arte medieval gallego proviene de la antigua iglesia de San Pedro. Está enmarcada por dos contrafuertes poco salientes e composta por tres arquivoltas semicirculares, con elementos que apuntan claramente hacia una estética gótica: columnas de pequeños fustes y altas bases, capiteles todos eles con decoración vegetal, que nos permite fecharla a principios del siglo XIV.
En su interior hay un retablo del siglo XIX, con una imagen ,en el camarín central, de San Roque.
También se conservan los sepulcros medievales de los notarios melidenses Roi Lopes, y el de su mujer Inés Eanes, y Diego García.
Al lado de la iglesia se encuentra lo que para muchos es el cruceiro más antiguo de Galicia, probablemente del siglo XIV. El anverso representa a un Cristo Majestad, sedente, mostrando las llagas de las manos, coronado y con un paño que le cubre las piernas. El reverso representa un Calvario.
En el corazón histórico de Melide está la praza do Convento, que reúne varios edificios monumentales: la iglesia de Sancti Spiritus, la Obra Pía de San Antón y el Museo da Terra de Melide.
La iglesia de Sancti Spiritus perteneció al desaparecido monasterio o convento de la Orden Tercera de San Francisco, fundado en el siglo XIV. Es un buen ejemplo de continuidad en el espacio y en el tiempo. De la antigua iglesia sólo queda una pequeña capilla lateral, con bóveda y arco triunfal ojivales, llamada capilla del Santo Cristo, porque tal vez estuvo en ella el Cristo que hoy está en la capilla de San Antón. El arco triunfal está sostenido sobre dos columnas. Sólo se conserva el capitel de la columna de la izquierda decorado con cintas. Encajado en una pared posterior hay otro capitel que puede ser el de la columna de la derecha. Actualmente tenemos en la capilla el retablo que fue de la Virgen de las Mercedes, obra del siglo XVIII.
En el siglo XIV, concretamente en 1498, Sancho Sánchez de Ulloa, con la piedra del castillo derribado durante la revuelta irmandiña, decide reconstruir la iglesia del convento en memoria de su madre Inés de Castro. La dirección de la obra será a cargo de los maestros Xan do Llano y Xan Casal. El resultado fue una iglesia de ábside rectangular con bóveda de crucería.
De esta época también son los dos sepulcros laterales góticos. Se trata de dos cenotafios in memoriam Leonor de Mendoza e Inés de Castro, primera y segunda mujer respectivamente de Lope Sanches de Ulloa.
Los dos sepulcros se yerguen con columnas y arcos de medio punto que se adornan con pináculos y remata en arco conopial. Las figuras visten el hábito franciscano, con rosario en las manos y paños formando grandes pliegues. En la frente de ambos sepulcros figuran inscripciones genealógicas de estas dos damas de la nobleza galaica, que tuvieron un protagonismo destacable en la Edad Media.
Durante el siglo XVIII, como en casi todos los monasterios, se realizan reformas de ampliación en la iglesia. Únicamente quedarán la capilla lateral del siglo XIV y la capilla mayor del siglo XV. Se ampliará la nave con la construcción de una nave de cañón, que se reparte en cuatro trechos separados por arcos fajones que arrancan de ménsulas conectadas por arcos entre si.
De este momento también es la portada principal de la iglesia, que está en un lateral, hacia la plaza, y que tiene características del Barroco compostelano de esa época.
La torre, también del siglo XVIII, es de planta cuadrada, con ligeros contrafuertes y remate en cúpula octavada con pináculo. Su perfil es semejante a las de San Francisco en Santiago de Compostela.
En su interior, en el altar mayor, tenemos un magnífico retablo barroco, obra de Francisco de Castro Canseco, uno de los grandes escultores del barroco gallego de la segunda mitad del siglo XVII y principios do XVIII, quien esculpió, entre otros, el impresionante retablo mayor de la iglesia de San Paio de Antealtares en Santiago de Compostela. El retablo melidense fue esculpido en 1960. El cuerpo principal presenta en el centro una hornacina de arco de medio punto, flanqueada por columnas salomónicas con decoración típicamente barroca de racimos e follas, e imágenes de San Francisco y Santo Domingo.
LaInmaculada, que preside el conjunto, es una obra posterior, de finales del siglo XVIII. En la parte central del ático aparece una representación del relato de Pentecostés y en el recuadro posterior el escudo de la orden franciscana.
Sobre el suelo del retablo aparece la tumba medieval de Fernán Lopes, fundador do convento. El retablo oculta unas pinturas murales del siglo XVI. Además del retablo barroco de la capilla mayor, tenemos otros dos retablos de estilo Neoclásico interesantes: el de la Virgen de los Dolores y el dedicado a Jesús el Nazareno.
Otras piezas escultóricas destacables que la iglesia posee son un Niño Jesús tallado en marfil, del siglo XVII, de estilo hispano-filipino, que procede de la capilla de la Obra Pía de San Antón, y la conocida como la Verónica de Melide, también procedente de la misma capilla, atribuida a Francisco de Castro Canseco.
También se conservan otros sepulcros medievales además de los góticos de la capilla mayor. Entre ellos destacar el de Alfonso Váquez de Insua, del siglo XV, situado en la antigua capilla de Santa Catarina, donde hoy se encuentra el retablo de Jesús Nazareno.
Al oeste de la praza do Convento se haya el pazo barroco, con su capilla, de la Obra Pía de San Antón, fundado en 1671 por el arzobispo de origen melidense D. Mateo Segade Bugueiro, en una casa y terreno de propiedad familiar. Va a ser conocido también como la Colegiata, pues en su origen tenía una finalidad docente, y en el siglo XIX como pazo del marqués de Corvera. Desde 1960 es ayuntamiento.
La planta baja estaba destinada a las cuadras, bodegas y otras dependencias, y la alta a aulas y viviendas. Hoy sólo se conserva la fachada de la estructura del edificio, ya que su interior fue destruido, perdiéndose la antigua escalera de piedra, la disposición del patio, a modo de claustro y las demás dependencias para adecuarlo al nuevo uso.
El diseño de la portada de la capilla, de estilo Barroco, es atribuido a Domingo de Andrade, el arquitecto gallego más prestigioso de la época. Consta de pilastras, capiteles planos y lintel adovelado que sustenta un frontón partido. En el tímpano destaca el escudo de armas del arzobispo fundador. La planta de la capilla es rectangular, con nave cubierta de medio cañón. El primer trecho está parcialmente cubierto por la tribuna de madera. En los primeros escalones de la escalera tenemos una esbelta columna coa base e capitel característicos del Medievo, el que se puede considerar un ejemplo de arcaísmo o bien una pieza medieval procedente de otro edificio.
Las dos estatuas orantes, barrocas y pétreas, fueron esculpidas en granito en 1674 por Mateo de Prado, uno de los escultores más importantes del momento. La de la derecha representa un caballero, D. Antón Varela de Segade, el primer patrón de la Obra Pía de San Antón, con vestimenta típica de la época. La de la izquierda es un cenotafio con una figura orante y arrodillada, con vestimenta eclesiástica, que recuerda la figura de Mateo de Segade Bugueiro.
El otro edificio monumentalmente destacable que se encuentra en el entorno de la plaza es el Museo da Terra de Melide. Diseñado por el arquitecto melidense Xulio Álvarez, se construye sobre un antiguo hospital de peregrinos del siglo XV. Conserva la fachada de 1502. El museo es un buen ejemplo de integración en plena zona monumental, procurando la dialéctica de lo nuevo con lo antiguo.
En un alto de un castro prerromano, en el lugar en el que se construyó en la Edad Media el castillo, se yergue en 1741 la capilla del Carmen, construida por Blas Núñez de Segade, capellán de la Obra Pía de San Antón, con la ayuda de todos los melidenses. La planta de la iglesia es rectangular, con arco triunfal de medio punto. La fachada tiene una portada alintelada que remata en frontón triangular partido. En el centro de éste hay una hornacina, flanqueada por pilastras, que contiene la imagen de la Virgen del Carmen con el Niño Jesús y la de San Simón de rodillas.
En su interior sobresale el retablo realizado en 1755. En el camarín central, más saliente que los laterales está la hermosísima imagen de la Virgen del Carmen, de finales del siglo XVIII, atribuida al taller compostelano de Gambino Ferreiro o discípulos, flanqueada por las estatuas de San Ramón Nonate y San Xosé, ambas también de finales del siglo XVIII.